Cierra los ojos, abre la boca, traga
Este libro es un verdadero manifiesto para identificar a los bandidos, una declaración de principios para resistir a los sinvergüenzas.
El autor demuestra que, desde 1927, el Parlamento canadiense no ha respetado el principio elemental de la neutralidad religiosa del Estado. Golpea a los políticos de este país, a esos caballeros burgueses, que no ofrecen a los pobres más que esperanza y desprecio...
El autor recuerda que en los campos de refugiados, los niños son abandonados a su suerte. Duermen, comen y juegan en condiciones infrahumanas. La locura de sus mayores les condena a volverse locos, totalmente locos.
El autor, Frederic Boisrond, prefiere advertirte... ¡Lo que está a punto de contarte te helará la sangre!
Envíos a Canadá y EE. UU. únicamente.